Crudamente.

Tengo que decir que esta búsqueda del "miope del espejo", está hurgando los rincones mas oscuros últimamente. Hay que darle luz a la oscuridad también, para decir que me conozco, para decir quien soy, de la forma mas completa. Lamento decepcionar a quienes hayan encontrado luz en mis escritos, al llevarlos a los lugares mas oscuros.

Reconocer que uno piensa en morir, y en la muerte, tanto a veces que complace, que da paz. Este año me he encontrado tantas veces con la muerte, de seres queridos, cercanos, y lejanos y desconocidos, he visto y oido y me he enterado, de mas muertes en un año, que en toda mi vida.
He conocido el luto, el duelo, la añoranza, pero solo en los ojos de los demás. Para mi sorpresa, o quizá no tanto, no me duele ni me entristece la muerte, solo me calla y me hace pensar (que no es poco en mi caso), en el valor de la vida. Parece que no es mucho en realidad cuando uno conoce el impiadoso tiempo, y a su cruento hijo, el olvido. Todo será olvidado, todos seremos olvidados, todo sera "curado" por el tiempo.

Ese coloso, esa bestia ancestral,
sin la cual no existió siquiera el principio,
sin la cual no habrá siquiera final,
esa imparable bestia, nos llevará a todos.

Y en mi corazón, hoy,
le daré mi lado oscuro,
mi sangre negra de ira,
de miedos, de fracasos
y frustraciones. De enojo
e intolerancia, de altanería
y repugnancia.

Todo eso que también soy mucho mas de lo que dejo ver, mucho mas de lo que jamás he confesado.
De mis ganas de morir en cada esquina,
de que me pise un auto, de pegarme
un tiro, de entregarme a los mas oscuros
placeres, hasta ahogarme en lo mas profundo,
dejar de sentir, de oir, de ver,
morir desde adentro mientras
afuera queda una cascara de sonrisa,
de ironía, dura cascara que dice:

Estoy bien, de esto he de aprender,
un error mas, una caída mas,
solo para levantarme y ser mejor.
También para caer por caer,
por el amor a la caída, por el vicio
y el lado oscuro, que necesita y pide
a gritos, ser alimentado, simple
y llanamente, pide ser también.