sábado, 8 de agosto de 2009

Fortalecer mediante la plasticidad.

He tenido una pausa larga en mi escritura, tan larga que no se por donde empezar ahora que la retomo. Creo que empezar{e por describir la pausa para soltar la mano, y entretener al que asi lo des{ee con esta lectura, con una breve esquematizacion de el periodo de no escritura.

Para empezar, podria dividirlo en dos partes, la primera seria la falta de inspiraci{on por la rutina absorvente. Esta rutina, hermosa en su cotidianeidad, espantosa en su ritmico vaiven, result{o ser productiva en mis metas. Avance en la misma, con herramientas tácitas, invisibles pero terriblemente efectivas.

Son dos herramientas, de entre un par mas, las que considero pertinente recalcar. Una de ellas es establecer prioridades. Saber que es lo que uno puede hacer a lo largo de un periodo es dificil, pero al menos saber cuales son las cosas en las que se tiene que dedicar mas tiempo y energía te permite avanzar en lo que mas te gratifica.

La segunda herramienta pertinente es la flexibilidad, aparentemente contradictoria, mas bien es complementaria. La flexiblidad, en cierta medida nos permite perfeccionarnos, en todos los aspectos. Es la mera disposición al cambio, conceptualmente parece simple, pero implica muchas cosas. Algunas cosas son mas fáaciles de cambiar que otras, otras no deben cambiarse, y el beneficio de todo cambio es subjetivo y circunstancial. Aún asi, la flexilidad acelera los procesos de transición, es una medidad de la rigidez del concepto que se debe cambiar. Pero esa rigidez puede disminuir si uno se lo propone, haciendo que los cambios que vivimos sean menos drásticos o traumáticos.

Estan son las conclusiones centrales de la primera parte de mi proceso de ausencia literaria. La segunda parte de dicho trayecto es la de la ausencia de todo plan, de toda rutina, y de cualquier parametro. En ciertos momentos, los menos en mi caso, uno tiene la libertad de no regir su vida en los aspectos elementales. Donde dormir, comer, estar; con quien, como etc.
Al ejercitarse en no tomar desiciones, en ser plenamente aleatorio y vivencial. Uno magnifica la percepción, la sensibilidad a los eventos. Uno es capaz de percibir lo que siente en circunstancias a las que no se predispuso, en el maximo de su flexibilidad posible. Esto te permite vovler a establecer proximas prioridades, ante distintos escenarios con un sentimiento de agrado o desagrado por las posibles circunstancias predeterminado. Es como ir conociendo el "sabor" de las situaciones, que nos permite elegir caminos y, sobre todo, las herramientas que usaremos para funcionar en nuestros quehaceres.

Éspero que no este demasiado crudo esto, como siempre, en el miope del espejo hago el esfuerzo de no corregir las cuestiones gramaticales o de estructura para no perder la idea opriginal.
Saludos y gratitud a mis lectores
Emilio J. Román Mateos

1 comentario:

Anónimo dijo...

*Es una gran pausa la que diste. Imagino que te pasaron millones de cosas interesantes y cosas que te moldearon con golpes o sin ellos a la persona de la que sos ahora*
Me encanta lo que escribis lo que tratas de ensenyar al lector en algun modo, si me encanta, me encanta tanto el ''polvo'' hasta ''fortalecer mediante la plasticidad ''(suena interesante la verdad) , espero que lo sigas realizando ...Un besO*